En agosto de 1855 formouse un tremendo
altercado en Salceda ao descubrir as autoridades municipais de que á parroquia
de San Xurxo acudía moitos enfermos de outras vilas para ser curados por María Joaquina Carlota unha muller Santa que estaba respaldada polo párroco
da freguesía.
Angel Rivas, alcalde de Salceda,
denunciou ante o Gobernador Eclesiástico do Arcebispado ao cura da parroquia,
don Luís Lorenzo, para que cesase na promoción de dita curandeira, xa que
proclamaba que era Santa e facía milagres, fomentando o acudimento en
masa de desesperados enfermos en busca de cura. Os aparellos e métodos curativos
que empregaba, dicía o alcalde, eran rosarios,
reliquias, allos, pocións de herbas, pedazos de santos, pedras, e outras mil
diabluras que daba a beber aos enfermos ...
Sobre una mujer
de San Jorge de Salceda tenida por hechicera o beata
Alcaldía
Constitucional. 1855
Parece
imposible señor que cuanto mas la mano de la providencia descarga su terrible
azote sobre la umanidad, ora inbadiendo las provincias con el colera mortero,
otras con el ambre por todas partes la muerte y la desolacion, era increible
que en medio de tantos visibles lures justo castigo de nuestros desaciertos nos
prostergasemos todos a pedir al Dios de las misericordias perdon yndulto de
nuestros estrabios, pero mis ojos llenos de lagrimas como pobre y debil
autoridad tiene que acudir ante V.S. a pedir si no castigo a lo menos que haga
entrar en sus deveres sacerdotales y parroquiales al distraido y mal aconsejado
Parroco de San Jorge Don Luis Lorenzo,
pues que en la
noche de ayer sobre las once poco mas o menos de la misma, al ser ante mi
autoridad denunciado que en la citada Parroquia de San Jorge havia una muger nominada Beata, Echizera y
Despresticiosa, cuya aglomeracion de gente por estes echizos databa ya de a
cuatro leguas de distancia y denunciado aquel terrible cuadro con
escarnio y profanacion Dios vivo y sus ymagenes cuyos virtuosos parrocos sus
conbecinos me la denunciaron puse en lleno mi autoridad para que aquellos
escandalos no se repitiesen.
E aqui que dicho Parroco presentado a la
citada ora de once de la noche, no solo dijo que autorizaba aquellas curas sino que aquella muger era Santa y hacia milagros,
interrogado con buenas expresiones del daño que hacia a la umanidad y que
consejos traian la correcion popular, probocó con denuestos que el la sostenia
y que se veria, pero conocido el apasionado de aquel debil parroco, seduci a
presion la nombrada Beata, inventariando todos sus echizos que consistian en
rosarios, reliquias, ajos, pocion de yervas, pedazos de santos, al parecer dos
piedras llanas de piedradar, y otras mil diabluras que daba a vever a los
enfermos y obran en mi poder, y causa que estruyo para elevar en su dia al
señor Juez de primera Instancia y Gobernador de la Provincia, que tramito con
esta fecha, siendo lo mas sensible haber sorprendido curas de nuebe y diez
enfermos de diferentes puntos tendidos en paja que forman un campamento militar
de sangra entre ellos algunos veaticados por este mismo Parroco.
Todo lo que
pongo en conocimiento de V.S. para los efectos que nuestro Dios la unidad y la
Religion reclaman. Dios Guarde V.S.M a S.
Salceda Agosto
21 de 1855. Andres Rivas.
Al Sr.
Governador Eclesiastico en Sede Vacante del Obispado de Tuy.
Ante a continuidade de dita
práctica, decidiron cesar pola forza dita actividade dirixíndose a San Xurxo, e
atopáronse que a xente era atraída cara a taberna chamada ‘do Arriero’ onde a ‘muller
Santa’ nun reservado impartía os curamentos. Detiveron á milagreira e
dispuxéronse a inspeccionar a casa onde habitaba no barrio de Condide. A
multitude boicoteaba o paso das autoridades, pero unha vez ante a casa da
feiticeira, e estando a porta pechada, decidiron entrar pola forza, e dentro din
que atoparon enseres y efectos de una
verdadera hechicera que requisaron para entregar como proba no xulgado.
Pero o peor estaba por vir, porque en dúas casas aledañas á da ‘Santa’
atopábase un ‘exército’ de enfermos deitados entre inmundicias e total miseria,
que dín suplicaban para que os sacasen de alí. Unha vez detida a feiticeira e seu
marido e tomado as medidas sanitarias e hixiénicas para evitar o empeoramento dos
enfermos e propagación de infeccións as autoridades voltaron sobre os seus pasos, e ao chegar
á taberna do Arriero estaba esperándoos o cura da parroquia quen os reprendeu
por impedir o traballo da muller, e dicía que era unha Santa e milagreira.
Salceda San
Jorge
Vigilancia
El Alcalde
Constitucional de la Villa de Salceda con fecha 30 de agosto ultimo, me dice lo
siguiente:
“Hace dias
habia llegado a mi noticia que en la parroquia de San Jorge una de las
que corresponden a este distrito se hallaba un matrimonio cuya muger
baticinaba de Santa por el pueblo ignorante hacia curas sorprendentes cuyos
sucesos esparcidos con bastante multitud de gentes de ambos secsos y diferentes
puntos.
En espectacion
de este se puse varios medios hasta hasta aclarar la verdad de los hechos
y poder con toda seguridad apoderarme del supersticioso enredo de esta
titulada Santa.
Asi es que en
la tarde de hoy terminada la sesion ordinaria del Ayuntamiento acompañado
del segundo alcalde, el subteniente de la Milicia Nacional Don Pedro de Castro
y sus alguaciles marché sobre el punto que me indicaron ecsistia tal beata
supersticiosa a larga distancia y dando frente a la casa que esta habitaba
percibí movimiento de gente y acelerando el paso sobre el punto que llaman
Taberna del Arriero vi grupos de hombres y mugeres que sorprendido por sus
caras desconocidas, abanzando rapidamente les di el alto interrogandoles por
su precedencia, cedula de vecindad o documento que les garantizase, sin
obtener mas respuesta que la de dos de ellos que con altaneras voces,
aseguraban que su mision era curar enfermos que alli tenian. Sostenido
con esta porcion de gentes en las afueras de dicha Taberna, cubriendo las bocas
calles por el subteniente y alguaciles, mandé que el segundo alcalde penetrase
en dicha casa taberna e hiciese un reconocimiento de las personas que alli
habia verificado asi halló la nominada Santa en una cama con otras mugeres
tambien, a quienes les instó saliesen a mi frente, a cuyo movimiento acudia
gente por todas partes, y recelando de tales supersticiones un ademan hostil di
por providencia saliesen de la espresada taberna, mientras yo me dirigía hacia
la habitación de la engañadora hechicera, a precaver un saqueo que frustrase
mis planes.
Efectivamente tomando
las alturas de Condide, porcion de mugeres de todas las edades obstruian el
paso siendo necesaria toda decision y valor para hacerles obedecer la autoridad
local a lo que si bien franquearon el paso, no escaseaban improperios sus
viperiosas lenguas.
Llegado a
la casa que va a dos meses habitaba la supersticiosa muger y donde verificaba
sus perniciosos ensayos se encontró la puerta cerrada y preguntada por su
dueña y la llabe se negaron rotundamente a su entrega, vista su negativa
decidido a abrirla a viva fuerza fue franqueada en presencia de varios
testigos; y al primer golpe de vista se observaron enseres y efectos de una
verdadera hechicera que por prolegidad aqui omito y resultan del inventario
recuento que dirigí al juzgado acompañado de la hechicera y su marido.
Pero no es
esto lo mas sensible Sr. Gobernador, no es esto lo que consternó el corazón
del Alcalde, y cuantos le rodeaban, ni lo es el terrible cuadro de las
casas contiguas a las de la hechicera que convertidas por la supersticiosa en
asilos de enfermos, al entrar en ella se ven sus salas llenas de seres
humanos revolcandose en la miseria y hediondez y apreciamos algunos a ser
victimas y otros que languidos como su apagada voz ya se decian que se
arrastraran alli por el engaño e ya esclamaban querian salir de aquel inmundo
sitio, porque conocian agrabar sus padecimientos con una toma de agua en
polvos desconocidos que les daba la maldita Santa, por manera Sr.
Gobernador las dos casas inmediatas son un campamento de heridos que claman “Se
acabó la humanidad”.
Cerca de las
diez de la noche verifiqué la retirada con los reos, despues de dejar adoptadas
algunas medidas higienicas y sanitarias a precaber que en aquella
aglomeracion de enfermos no desarrolle quiza entre nosotros el cólera, y al
pasar por la Taberna del Arriero salió
como una fiera al encuentro el Cura
Párroco de la misma y no satisfecha su ira con provocar las autoridades
que pusieron coto a aquel vandalismo dijo:
“Que el
sostenia aquello y que en un dia se verian; que aquella muger ofrecia curas
y curaba aplicando los remedios corporales y espirituales a los unos con hiervas
y otros medicamentos, y a los otros con los santos evangelios y otras oraciones,
y que era vista la imprudencia y falta de humanidad en un Alcalde al impedir
a una muger tan bien hechora egercitase sus virtudes en bien de sus
domiciliarios”
Lo que creo
oportuno trasladar a V.S. para que por su parte se sirva adoptar las medidas
necesarias contra el Cura Parroco denunciado en la inserta comjnicacion a fin
de que se abstenga de emplear su sagrado ministerio en tan escandaloso abuso.
Dios que a
V.S.M. en Pontevedra 5 de setiembre de 1855
X
Sr. Gobernador
Eclesiastico del Obispado de Tuy.
Carpeta San Xurxo de Salceda. Asuntos Varios
hasta 1900. Arquivo Histórico Diocesano de Tui
O Gobernador Civil da provincia ordenou
o desterro de dita curandeira de Salceda. Ademáis dos procedementos
eclesiásticos e xudiciais abertos tamén se complicou a situación coa denuncia
dunha veciña chamada María Antonia Pérez contra o alcalde e vicealcalde por maltratos
derivados do lance de dito día da expulsión.
En la Villa de
Salceda a nuebe dias del mes de Agosto año de mil ochocientos cincuenta y seis,
ante mi escribano y testigos parecieron presentes Don Andres Rivas, de la
vecindad de San Estevan de Budiño, y Don Jose Sestelo, de la Villa referida de
Salceda, Alcaldes de este distrito, y dijeron:
que en el
Juzgado de primera instancia de este Partido Judicial, se ha instruido causa
criminal a consecuencia de malos tratamientos que supuso habia recibido Maria
Antonia Perez, muger de Julian Vidal, de la indicada de Salceda, con motibo de
haber acordado el Sr. Gobernador Civil de la Provincia, la separacion de este
distrito á Maria Joaquina Carlota,
titulada Sabia curandera, por considerarla muy perjudicial a la salud publica,
y haberse interesado en la facultad de medicina y otros escesos que cometia en
las curaciones que egecutaba, los comparecientes cumpliendo con las medidas
adoptadas por dicho Señor Gobernador dieron disposiciones a separarla del
distrito, y por no haber obedecido, despreciando la autoridad de Alcaldes con
que se hallaba rebatida, los constituyentes se vieron en la necesidad de apelar
al auxilio de los Alguaciles que la separasen de dicho distrito (...)
Protocolos Juan Antonio Alvarez. Arquivo
Histórico Provincial de Pontevedra